TALLER DE MAZAS Y CINCHAS E INTENSIVO CARIOCA

Entre todos los momentos icónicos que tiene el calendario de una Escola de Samba , uno de ellos , es el taller de mazas y cinchas.
El de este año no se ha hecho esperar mucho y nos pilla a las Escolas en el momento idóneo de abastecerse de todo lo necesario: mazas, cinchas y látigos se convierten, por un momento, en pequeños objetos de culto.

Deja de ser ese pequeño » palo» que cojo para hacer ruido y empiezan a transformarse en mi preciosa maza, mis esbeltos látigos, mi…mi….
Es un día de transformación todo deja de ser él , la , ese , aquel….y empieza a ser algo mío con mi trabajo, con mi  firma , con mi creatividad como escaparate,  como la extensión de mi mismo en un trozo de tubo y un poco de espuma unido todo con mayor o menor fortuna pero entre tanto “mi ,me, conmigo” esta la inestimable mano del que te ayuda a sujetar el tubo para cortar, la que te ayuda a estirar la espuma para marcar , el que se pone mano a mano contigo, ….con ese , ….con aquel  y el “mi, me, conmigo” solo es posible si es contigo, con ese, …  con aquel.

Al acabar el taller y ver tus mazas, tus látigos , tu baquetas es difícil de comprender como objetos tan pequeños, tan básicos , sean capaces de llenarte tanto de satisfacción.

No sé exactamente  si aprovechando el día del taller de atrezzo y materiales se quedó para hacer un intensivo de Samba Enredo  entre la E2 y La Torzida o aprovechando “que el Pisuerga pasa” se hizo el mismo,  el caso es que después de una estupenda comida “de traje”, postres deliciosos incluidos, comenzó el ensayo.

Lejos de lo que podía parecer como un baño de realidad para los novatos en los nuevos instrumentos, la verdad,…sonaba bastante bien.
Estamos lejos del tempo,  el ritmo  y el swing que le da la Torzida pero progresamos “adecuadamente”.
Aprendimos cortes nuevos, reforzamos los aprendidos y  les dimos una vuelta a las canciones.

La tarde la rematamos con tutorías especificas de cada instrumento: Tamborines, Malacaxetas, Repis y es allí donde nos dimos cuenta de todo el camino que nos queda por recorrer.

“No siempre lo importante es el destino, sino el propio camino es el que  hace que merezca la pena el esfuerzo de intentarlo”.